Los límites biofísicos

  • 19 de septiembre: Carlos de Castro, Profesor del Departamento de Física Aplicada de la Universidad de Valladolid..

Seguimos la segunda sesión con una idea muy similar: colapso. Carlos nos habla de la teoría orgánica de Gaia, que afirma que el planeta entero se comporta como si fuera un organismo autorregulado, con un metabolismo que tiende a mantener la estabilidad de los parámetros que hacen posible la vida y a cerrar los ciclos de nutrientes. El ser humano, como especie, se comporta como un parásito de la biosfera: acaparando gran parte de los nutrientes de ésta y emitiendo gran cantidad de residuos.

Un parásito no puede volverse demasiado agresivo ni crecer en exceso, ya que puede llegar a matar a su anfitrión y, en consecuencia, a sí mismo. El ser humano está creciendo estos últimos siglos como una plaga. La teoría de sistemas dice que un ser vivo en expansión que se acerca a sus límites tiene tres posibilidades: la aproximación al límite adoptando un estado estacionario, el sobrepasamiento del límite y posteriores oscilaciones en torno a los nuevos límites y el sobrepasamiento del límite seguido de un abrupto colapso.

Si el crecimiento es atenuado por una reacción  anticipada se puede conseguir una estabilización suave. Eso fue posible en los años 70, pero perdimos la oportunidad. Ahora sólo tenemos dos opciones: el comportamiento oscilatorio hacia otro estado de equilibrio de menor capacidad de carga, o el colapso abrupto.

La civilización Maya colapsó abruptamente, ahora el colapso es el de una civilización global, por eso es diferente. Nosotros ya contamos con varios sobrepicos  a nuestras espaldas: hemos sobrepasado la energía, los residuos, y tenemos importantes disfunciones en las capacidades de los ecosistemas de  absorber nuestros desechos y proporcionarnos alimentos; también contamos con importantes disfunciones en la sociedad humana que no nos permiten ser eficaces en nuestras políticas. Todas estas disfunciones y estos sobrepasamientos se están realimentando, y contribuyen a que la
crisis sea mayor.

Carlos considera que existen dos problemas especialmente importantes: el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad. Aunque se suele ignorar este segundo problema, porque lo conocemos mucho peor, la biodiversidad es esencial para la función regulatoria del planeta. Sin esa gran diversidad de especies no se pueden cerrar los ciclos de nutrientes que nos permiten
la estabilidad  necesaria para la vida.

¿Pesimismo? El pesimismo conduce a la inacción.  Carlos dice que él no es pesimista (se oyen risas en la sala), que  somos los humanos los que tenemos poca confianza en nuestra especie  cuando pensamos que la única solución debe ser la tecnológica, y esperamos tecnologías salvadoras.  Se pregunta también si merece la pena esta civilización nuestra, que, incluso con el gran derroche de  recursos que la caracteriza, no es capaz de evitar que mil millones de seres humanos pasen hambre.  Quizá simplemente es el momento de empezar a construir una nueva civilización humana que merezca más la pena. Pensemos ya en el futuro, pensemos en la próxima
civilización que vendrá.

Charla de Jorge Riechmann

Conclusiones de la presentación de Carlos de Castro.

De entre todas las citas con las que termina Carlos me quedo con una de Gandhi:  “el amor es la fuerza más poderosa del universo, si en el planeta hay caos ambiental quizá es porque falta amor por él”.
Y también con un par de ideas del debate que tuvo lugar después con el público.  La disfunción principal que vivimos hoy en día  es la de las conciencias, hay gente que sigue pensando que vive en el siglo XX, y lo que es peor, otros piensan que viven en el XIX todavía.
Los paradigmas que nos están robando el futuro en realidad no son tan antiguos. Son sólo un par de generaciones las que han vivido bajo ellos, nuestros abuelos no tenían esa mentalidad, eran mucho más sostenibles. Las ideas equivocadas que se ha instalado en dos generaciones bien se pueden cambiar en otra generación.


Documentación:

>> Vídeo y entrevista

2 comentarios
  1. «Las ideas equivocadas que se ha instalado en dos generaciones bien se pueden cambiar en otra generación.» Quizás, pero lo malo es que no tenemos esa generación de tiempo. Y la termodinámica también se puede aplicar a la dinámica social: los procesos no son directamente reversibles. Catton habla del «cultural lag»: como él, temo que seamos incapaces como especie de superarlo a tiempo.

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